El Papa Francisco ha anunciado a los sacerdotes de todo el mundo que podrán conceder perdón a todas las mujeres que hayan abortado, así como a las personas que lo hayan facilitado durante el año del Jubileo.
El anuncio se dio a conocer a través de una carta que le envío al Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, en la que se da la autorización a todos los sacerdotes a nivel global, durante el año del Jubileo que inicia en el mes de diciembre, siempre y cuando estén arrepentidos de haber cometido dichos actos.
El Papa dio a conocer que esta consciente de que “tomar este tipo de decisiones conlleva un drama existencial y moral.”
En su carta explicó que ha encontrado a “muchas mujeres que llevan en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa” además, escribió que sabe que “algunas personas viven el drama del aborto con una consciencia superficial casi sin darse cuenta el grave mal que están realizando, otros que toman la decisión pensando que es como una derrota, por lo que consideran no tener otro camino por donde ir,” y a pesar de que son los Obispos quienes tienen el poder de conceder el perdón, aseguró el Papa “que no puede negársele el perdón a todo aquel que se haya arrepentido de sus actos” y con ello dio a conocer esta medida.
Por lo que a partir de el 8 de diciembre y hasta el 1 de septiembre de 2016 Año Jubilar
“podrán ser perdonadas todas aquellas personas hayan cometido esta falta, a quienes hayan practicado el aborto, y estén arrepentidas de corazón.”
Este año, aseguró el Papa, será un año especial dedicado a tratar este asunto muy delicado, el cual la Iglesia siempre ha tratado con especial severidad, y ahora la Iglesia concederá indulgencia plenaria a quienes estén dispuestos a recibirla, así como a conceder el perdón por el aborto a quienes estén arrepentidos de haberlo cometido.
El Año Jubilar apuntó, será un año dedicado a la misericordia, por lo que el Papa argentino, ha decidido darle amnistía a los enfermos, los ancianos y los presos, advirtiendo que este año será de la Misericordia que no excluye a nadie.
